miércoles, 24 de marzo de 2010

Inmortality

Me he levantado, con mucha pesadez me he desplazado hacia la ventana y he subido las persianas; nunca había visto un paisaje tan calmado. He decidido abrir la ventana porque me moría de calor y ha sido como si abriera mi mente…me he sentido vacío, como si todo me hubiera sido vendido como oro y al final no es más que polvo como el que se me queda en las sandalias cuando salgo a caminar por el campo, como si todas las esperanzas puestas en el correr del tiempo, en la guía de las estrellas se desvaneciera.
Se ha perdido todo, esa diligencia que venía del norte con lo que necesitábamos no ha llegado, hemos decidido violar todas las reglas y correr una suerte incierta, demasiado positivismo, demasiada confianza en el instante de decisión. Se ha convertido en un laberinto inmenso sin principio ni final, con un nuevo descubrimiento en las esquinas siempre que el sol se va. Es como si el pastor hubiera abandonado a todas sus ovejas en el campo, sin importarle lo más mínimo que mueran o vivan; pensando que el escucharse a si mismo basta para solucionar todo. El dolor, el perdón, la lujuria, la pasión, el amor, la violencia, el sueño, la duda, la suerte, las esperanzas, el cariño, la alegría, la controversia, la perdida, el nacer, el cruzar, el calor, el frío, lo seco, lo húmedo, el auge, la caída, la luna, el sol, el cielo, la tierra, el mar, las estrellas, la niebla, las plantas, el bosque, la llanura…ello es parte de un todo. Un todo que quizá en si no sea nada, sino un computo de emociones y sentimientos perdidos en el olvido cuando nuestra parte física duerme dos metros bajo la tierra; pero si hay algo que define a ese todo es el miedo, gran dominador de la vida, de las decisiones, de la….muerte.
Que haríamos sin él, no se podría vivir..y gracias a él cantidad de personas no ven el todo, sino que desprecian el todo por propio interés y por no querer ver. No importa si se te dio la vida, si vistes al ciego y no observaste al que ve, porque al final sólo quieres que se te de tu recompensa por vivir.
Sólo seremos capaces de vencer al miedo cuando nos demos cuenta que vivimos en la inmortalidad.

1 comentario:

  1. El miedo siempre nos acompaña. Hasta cuando no creemos que esté ahí. Quizá no lo sepamos pero el miedo es que nos impulsa a actuar de un modo u otro. La diferencia se encuentra entonces en los que son conocedores de ese temor, y los que no...

    Lo dice una que se pasa la vida teniendo miedo...

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